Instantes silenciosos en que me siento desolada
Ya no tengo tu cuerpo y tampoco tu alborada.
Es mi alma quien recorre los espacios de tu alcoba
Que descienden en la alfombra donde bese tu boca.
Tu piel estremecida en una sábana escondida
Colmada de pasiones en el aire suspendida
Tálamo de amor vacío y silencioso, yerma perdida
Donde ahondé el fuego sobre tu vientre cohibida.
Pies desnudos caminando sobre el céfiro
De tu respiración sedienta y zarandeada
Purificando tu aura hasta el fondo de tu aliento
Trozos de silencio abatiendo ante tu mirada.
Taciturnos soplos de huellas que bordan en la mente
Con matices de amor, tan mustios de repente…
Humedad de cuerpos tibios lanzada hacia el olvido
Junto al sutil recodo… De tu cuerpo y el mío…
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