Las grandes alas blancas de la libertad
Son las que veo dentro de tus ojos...
POESÍA... COMO UNA SUAVE Y DULCE MELODÍA
Las palabras surgen de la mente marcando los recuerdos del ayer,
Invitan a crear hermosos poemas de amor, de pasión y de dolor,
Se detienen en el lugar más profundo que esta alma guarda con placer,
Y los dolores, que mantienen una herida ante algún resquemor...
Las cojo, las escribo, las enmarco y me las guardo,
Las dejo en el baúl de mis recuerdos y con el tiempo rutinario ya pasado
Las busco y las convierto en el tesoro mas sagrado
Emanan de mi mente sigilosamente, y para no olvidar las comparto.
Las palabras luego se convierten en un encuentro entre tú y yo,
Mas nuestras miradas se juntan con calma, diciendo mas que nuestros labios,
Como dictando nuestros ojos lo que el alma esta diciendo,
Son mágicas, sencillas, van saliendo desde dentro llenas de sentidos.
Crecen con el ímpetu de decir lo que añoramos, lo que deseamos,
Y se vuelven transparentemente bellas cuando nacen de ti y de mí...
Las palabras son más de lo que son y así las dibujamos
Con la pluma del corazón sobre un libro cuando ellas nacen desde si...
Hoy ha sido gris sobre las níveas prominencias de mi sur
No he sentido los alocados poros de tu piel rompiéndose al amor
Ni la candidez de tus labios en esta tarde solapando los míos…
Mis reminiscencias se cobijan en la expresión de los tuyos.
Gemidos ocultos que danzan en el viento vestidos de oro
A la espera de que tus palmas acuosas acaricien mi vientre
Musitando tu nombre camino bajo el impasible invierno
Con la voz quebrajada por la indiferencia de mil noches.
Todas sin ti, desamparadas y mustias, entre turbias neblinas
Mis sentidos ya no consiguen verte, ya no pueden…
Las colinas de mi centro, trémulas por el céfiro, ya gélidas,
Diamantes que abaten del cielo hacia la excitación acuden.
Por engalanar pronto de novia mi entidad febril
Espíritu invernal ¿es que osas carcajearte de mí?,
Por en cuanto una lágrima por mi rostro desciende
Al inhumar los recuerdos del amado al sucumbirme.
Ha sido gris, mientras tanto yazgo bajo tu gélida nieve
Con piel de ángel circulando bajo el aire y ante la muerte
Unos danzan las comparsas del viento frecuente
Mientras mi cuerpo aun adentra el deseo de tenerte…
Volví a comienzos de mi triste otoño
En medio de la lluvia me sentí libre como un ave
Mi cuerpo ansiaba la paz de tu alma
Transparente y lucida como la voz de un águila.
Suspicaz entonces te me acercaste al amor
Y sobre el agua bendita de tu cuerpo
Rocié la pasión desenfrenada de locuras
En la ilusión armada y el ardor de tu voz.
Si supieras amado como ansió volverte a ver
En la inmensidad de mi noche,
Locamente en verdad de esta locura
Queme susurra al oído como canción de amor.
Y aquel día te sentí como la vida misma
Por el amor y el desamor que me arranca la vida
Y volver quisiera a que me ames como aquel entonces
En medio de una noche copiosa bendiciendo mi cuerpo
Y mi alma te ansia como gran pasión, como locura...
Por la misma vida que murió en mi vida
Me vuelvo loca entonces por no tenerte
Tesoro de mi sueno, quisiera sentirme libre, libre entre tus sueños.
Quiet moments in which I feel desolate
Already I do not have your body and either your dawn.
It is my soul that it crosses the spaces of your alcove
That they descend in the carpet where it kisses your mouth.
Your skin shaken in a hidden sheet
Overwhelmed with passions in the suspended air
Thalamus of empty and quiet love, barren lost
Where I deepened the fire repressed on your belly.
Naked feet walking on the zephyr
Of your thirsty and shaken vigorously breathing
Purifying your dawn until the bottom of your breath
Pieces of silence lowering before your glance.
Taciturn bowings of tracks that they embroider in the mind
With love shades, so mustiest suddenly…
Humidity of lukewarm bodies sent towards the forgetfulness
To the subtle bend Together … Of your body and mine…
Instantes silenciosos en que me siento desolada
Ya no tengo tu cuerpo y tampoco tu alborada.
Es mi alma quien recorre los espacios de tu alcoba
Que descienden en la alfombra donde bese tu boca.
Tu piel estremecida en una sábana escondida
Colmada de pasiones en el aire suspendida
Tálamo de amor vacío y silencioso, yerma perdida
Donde ahondé el fuego sobre tu vientre cohibida.
Pies desnudos caminando sobre el céfiro
De tu respiración sedienta y zarandeada
Purificando tu aura hasta el fondo de tu aliento
Trozos de silencio abatiendo ante tu mirada.
Taciturnos soplos de huellas que bordan en la mente
Con matices de amor, tan mustios de repente…
Humedad de cuerpos tibios lanzada hacia el olvido
Junto al sutil recodo… De tu cuerpo y el mío…
Me acorde de ti en una noche estrellada
De la oscuridad eterna… sobresalían tus ojos,
Pupilas fugaces, dulces, consteladas…
Pestañas de sombras condecorándose a lo lejos.
Me acorde de ti, y fue un grito desgarrante
Como el que de mi alma prohíbo cuando recuerdo tu nombre,
El acento del silencio solitario me volvió errante
En medio de un pensamiento donde me sentí mas pobre.
Enajenada del rocío hacia el mar más profundo.
Palabras sin palabras encomendando la alborada
Que apartaba de la oscuridad la luz tenue del otoño
Mientras te ibas lejos en un suspiro de mi alma lejana.
Me acorde de ti hasta cuando cerré mis ojos
Diciendo nunca más recordar tu nombre
En la apartada brocha que depositó el vacío
Triste de mi alma cuando te bese ausente…